Es acaso lo que tienes, no entiendes tu forma
De ver los cortes, lo que hace que te comportes de esta forma, no has dado vuelta la espalda para recibir todo el daño. Él llego de frente y te ató,
(24/AGOSTO/2017)
Continuación:
No hallaba forma de como desatarse,
por más intentos, solo conseguía cansancio.
Se nublaba la mirada y el tiempo se perdía
en escasos intentos de poder entender las cosas
ya que se la pasaba soltando el nudo que no cedía,
empezó a sentir lo cómodo que sentía su lecho de cautivo.
Pasa el tiempo, con sus reglas y coincidencias.
A veces concuerda con lo que piensa y hasta los
pájaros cantan aquel tema musical que absorbe.
Y quién podrá ser el captor?.
Aquel que llora cuando no está cerca,
aquel que atemoriza mucho más cuando
falta la cordura.
Serenó el mar y por fin se pudo ver tierra firme,
por fin el botero podía volver a la orilla.
Por fin entendiendo los nudos que lo ataban, descansando por ultima vez en aquel cubil y esperando oír aquel lamentero pesar de la oscuridad, se libero sacó su capucha y quedó absorto ante la luna que
entraba por la ventana que lo ayudó a ver a su captor. Aquel gigante, aquel insecto que se entrometía con las ideas, se acerca al ruidoso que se percata de lo ocurrido, bruscamente se gira para atacar, y lo encara y se dio cuenta que era él.
De ver los cortes, lo que hace que te comportes de esta forma, no has dado vuelta la espalda para recibir todo el daño. Él llego de frente y te ató,
(24/AGOSTO/2017)
Continuación:
No hallaba forma de como desatarse,
por más intentos, solo conseguía cansancio.
Se nublaba la mirada y el tiempo se perdía
en escasos intentos de poder entender las cosas
ya que se la pasaba soltando el nudo que no cedía,
empezó a sentir lo cómodo que sentía su lecho de cautivo.
Pasa el tiempo, con sus reglas y coincidencias.
A veces concuerda con lo que piensa y hasta los
pájaros cantan aquel tema musical que absorbe.
Y quién podrá ser el captor?.
Aquel que llora cuando no está cerca,
aquel que atemoriza mucho más cuando
falta la cordura.
Serenó el mar y por fin se pudo ver tierra firme,
por fin el botero podía volver a la orilla.
Por fin entendiendo los nudos que lo ataban, descansando por ultima vez en aquel cubil y esperando oír aquel lamentero pesar de la oscuridad, se libero sacó su capucha y quedó absorto ante la luna que
entraba por la ventana que lo ayudó a ver a su captor. Aquel gigante, aquel insecto que se entrometía con las ideas, se acerca al ruidoso que se percata de lo ocurrido, bruscamente se gira para atacar, y lo encara y se dio cuenta que era él.
