lunes, 30 de noviembre de 2009

Ore I

No existe orden, no existe tiempo en el espacio, no existen las ideas infinitas, ni los arboles en los bosques, no existen tus manos ni mas manos de mis hermanos, no existes ni tu en mi ni yo en ti, no existen las neuronas, ni los electrocardiogramas, no existe contaminación, ni el dinero con su traicion, No existe el orden, no existe buda ni bodidarma, no existe walkiria, no existe el papa, no existe el orden, no existe los politicos con sus ideas mentiras, no existe el humo del cogollo que quemamos, ni existe el hongo que tragamos, no existe el equilibrio de la naturaleza, ni el orden de los ciclos de vida del agua el nitrogeno y del carbono, no existen los anillos alifaticos ni aromaticos, por que son mentiras, no existen globulos rojos, ni ojos inyectados, no existe orden, por que nadie rige lo que proviene del pasado, ni lo que dejamos en el futuro.

No existe !

Ore II

Se percato de todo el tiempo que mal gasto y del como trataba de hablar en otra onda, pensando que lo mirarian más, pero pensaba que no queria miradas, sin embargo las anhelabas, como titere buscando elogios bastardos de gente bastarda en prosa bastarda, èl queria algo que no es dificil hallar, queria vida para disfrutar la muerte cuando llegara a reposar sobre su espalda y saber, qué saber si se la pasaba pensando que no sabia nada y dentro de su vaiven metafisico, dejaba morir sus manos y su garganta. Él sabia lo que tenia que hacer, dejar de pensar y conocer, empezar de cero y dejar las ideas que lo consumian, no es que se transforme pero por dentro tiene que cambiar el cristal.

Y cree que todo cambiara y en sus sueños siente que le arrebatan los brazos, tampoco alli halla algo de calma sus ideas las siente como dientes sueltos y no sufre, no siente el motivo, se desconcierta.

Hablan otro idioma, otros colores se dislumbran ante los ojos inexpertos, inocentes de sus mentiras que creaba, siente la necesidad de lanzarse a la nada, pero quiere que nadie sepa, por que ya esta cayendo.

Y sige con sus palabras estorbantes, no sabe como callar no se halla dentro de su sombrero de copa